Monday, May 21, 2007

LA INDIVIDUALIDAD SEGÚN EL ÁTOMO

Este pequeño escrito no pretende reemplazar las lecciones de química básica ni ser el suplemento de literatura psicológica ni pasar a hacer parte de los cánones del comportamiento mentalmente saludable del ser humano pero, a decir verdad, tocará en parte estos tres temas con la intención de crear un tremendo zaperoco que al final tenga una fuerte conclusión y evitando que usted, apreciado lector, se pierda en el camino.
Procedamos.
El átomo es la partícula elemental del universo, y aunque se han encontrado sub-partículas que componen las sub-partículas del átomo, aun no nos es muy claro ni conocido su comportamiento ni su funcionalidad, entonces quedémonos con el átomo y sus sub-partículas, electrones, protones y neutrones.
Resulta que los átomos tienen tres partículas fundamentales, los electrones, partículas de carga negativa que se encuentran en unos anillos energéticos alrededor del núcleo que contiene a su vez los protones y los neutrones. Hasta acá nada extraño y solo he repetido lo que el libro de “la química y yo” ó “juguemos a la química” ó para los menos creativos “química 10” traían en sus capítulos introductorios, así que vamos a lo chévere.

Resulta que cada átomo tiene la posibilidad de tener electrones a 8 niveles distintos, llamémoslos anillos, alrededor del núcleo. Los electrones son de esta forma los encargados de interactuar con otros átomos y producir cadenas químicas que dan origen a todo lo que conocemos sobre la faz de la tierra, son ellos los encargados de relacionarse con sus colegas y de acuerdo a la intensidad energética de los anillos sobre los cuales se desplazan se encargan de hacer interacciones de distintos tipos y así crear efectos químicos de distinta naturaleza y finalidad, en otras palabras, los electrones son los encargados de las relaciones externas del átomo. Todo aquello que pase con el mundo exterior es función de estas pequeñísimas bolitas de carga negativa y resulta que entre más bolitas tenga en sus niveles exteriores mas posibilidades tiene de interactuar con otros, igualito con algunos seres humanos que tienen mucha más facilidad que otros para relacionarse. También los átomos que pertenecen a cierto grupo se atraen más con otro tipo de átomos, esto dependiendo directamente de las características de esos mimos electrones que tienen en su último nivel, cosa nuevamente homologable a los seres humanos quienes tenemos afinidad con ciertos grupos y repulsión hacia otros, así suene feo. Y por último pero nos menos importante, como lo mencionaba antes, los fascinantes electrones están distribuidos en ocho dimensiones, que son las mismas dimensiones donde un ser humano interactúa con su medio externo según el modelo español bizkaia siendo estas: emocional, físico, material, inclusión social, relaciones interpersonales, desarrollo personal basado en otros, autodeterminación para decisiones grupales y derechos.

Ahora veamos más para adentro del átomo. Este para mantener su balance tiene dentro de si otras partículas mucho más grandes que los electrones. Estos son los protones y están exactamente en la misma cantidad que los electrones pero tienen carga positiva. En otras palabras son el balance energético de nuestras partículas primarias cuyo comportamiento se hace cada vez mas similar al nuestro porque si ustedes lo analizan a fondo, entre más interacción se tenga con el mundo exterior más dedicación debo tener hacía mi mismo, ya que el mundo exterior estará demandando cada vez mas de mi y yo debo conservar el balance. Estas partículas de carga positiva representan entonces el balance del átomo, el contrapeso de anillos energéticos para dentro, la calidad y cantidad de energía que invertimos para nuestro ser para después ir a interactuar con nuestro mundo exterior de una mejor manera, lo cual, a final de cuentas en este mundo superpoblado y donde el concepto de sociedad es el que prima en casi un cien por ciento, es la función de cada ser humano, aportar el máximo a su sociedad. Y repitiendo mi frase de cierre anterior, por último pero no menos importante, se debe tener en cuenta la otra similitud entre átomo y ser humano en cuanto al lugar físico donde albergan los protones que se trata del núcleo, o sea lo más interno, la mitad, nuestro espacio, el verdadero YO.

Espero que hasta no ahora no me haya perdido el hilo ya que entramos a la parte más peliaguda del relato, el tercer tipo de sub-partícula, que a decir verdad no tiene una evidente funcionalidad química como nuestras dos bolitas energéticas anteriores. Se trata de los neutrones que no tienen ningún tipo de carga, que acompañan a los protones ahí en el núcleo y que… bueno… y que… están ahí.
Para qué?
Le voy a decir para que no.
Cuando uno quiere generar una explosión nuclear, la fuerza más destructiva y temida sobre la faz de la tierra, lo que hace es meterse con nuestros amigos los átomos. Mediante un proceso extremadamente delicado y sencillo dispara unas partículas minúsculas hacia el centro de un átomo (antes de hidrógeno por ser el átomo mas grande de la naturaleza, para tener una idea, si el átomo fuera de grande como una pelota de fútbol la altura del ser humano que lo contiene sería mas o menos 4 veces la distancia entre la tierra y la luna, no es muy grande no?, o sino de algunos átomos inestables como Uranio o Plutonio, justo como pasa con los seres humanos, para desatar un caos solo falta seres humanos inestables que sean provocados por ciertas características del medio ambiente, pero el tema de este paréntesis no es sobre el tamaño del átomo de hidrógeno o de las características de otros parientes destructores nucleares sino contarles que ya no solo se puede hacer con átomos de hidrógeno sino con cualquier átomo), este paréntesis salió muy largo, retomemos.
Explosión nuclear, muy fuerte, que susto, cómo se hace? Disparo unas partículas hacia el núcleo de un átomo (aquí íbamos antes del paréntesis) y saco un solo neutrón pero al momento de arrancar estas químicamente inútiles sub-partículas desato toda la furia interna de ese chiquitín que comienza a contagiar a sus vecinos porque con el neutrón que le fue arrebatado a las malas, saca a otros neutrones, y estos a su vez a otros y se viene la hecatombe nuclear. Lo que no se debe hacer entonces es sacar esa parte representativa de la individualidad del átomo, esa parte que no corresponde al balance sino que es parte de nuestra esencia, eso que nos convierte en nosotros mismos y que a veces olvidamos ya que no tiene carga pero que seguramente hemos visto actuar a lo largo de la historia cuando con crueldad algunos seres humanos han tratado de eliminar la esencia de otros dando paso a holocaustos y crímenes de lesa humanidad.
Todo átomo conserva su peso, su estabilidad y sus características propias por la presencia de los neutrones, ellos son el ADN de un átomo, así como para nosotros es nuestra individualidad, aquellos gustos que solo nosotros sabemos darnos, aquellos momentos que solo nosotros podemos disfrutarlos, todas aquellas características que solo nosotros conocemos y que no debemos ni podemos olvidar porque dejaríamos de ser nosotros mismos y nos volveríamos unas inestables fuentes potenciales de catástrofes de dimensiones nucleares. Así que pilas con mantener y hacer esfuerzos por nuestra individualidad. Por el bien de la humanidad.

Thursday, May 17, 2007

PERFECTO

El movimiento de tres piñones concéntricos que se muevan infinitamente ignorando altivamente la segunda ley de newton mediante su evidente pasada por alto del rozamiento, que con solo una ignición energética se mantendría por toda la eternidad girando y así proveyendo energía cinética a cualquier beneficiario era la idea de perfección de Edwin Gray.

Un trozo de tela café enmarcado en algún tipo de madera que permita el envejecimiento elegante. Este objeto colgado a unos cuantos metros de una cabeza humana promedio, inmutable en las alturas, inalcanzable para los brazos pero perfectamente dimensionable para los ojos que identifican en el objeto vida propia, que pueden sentir el clima dibujado sobre el trapo tensionado, que incluso pueden percibir los olores de las inertes figuras que de una extraña y maravillosa manera cobran vida y dejan entrever los más profundos sentimientos de enemigos, musas, paisajes y personajes contemporáneos de estos grandiosos genios que con las mismas características físicas que nosotros han sido capaces de crear vida desde sus propias manos y unos cuantos elementos más que separados son pinceles, tintas, óleos y aceites pero en conjunción con los dedos del artista son un el acto sagrado de procrear y darle vida a lo que nunca más será una inerte tela enmarcada en un trozo de madera que permita el envejecimiento elegante. Esto es perfección para los pintores y amantes de la pintura.

Cabe y encaja perfectamente en la mano, sin esfuerzos. Solo reposa en nuestros dedos y podemos sentir su suave textura ligeramente rugosa y cubierta de una agradable capa de motitas blancas casi invisibles, casi imperceptibles, pero presentes. Tiene un color naranja claro, algunos visos verdes y algunos visos rojas se combinan en la superficie de este cuerpo curvo y puntiagudo en los extremos. Su consistencia nos permite adivinar que es una fruta madura, las paredes exteriores se muestran firmes pero su contenido es jugoso y consistente a la vez. Mientras este ovoide en tercera dimensión danza delicadamente sobre nuestra palma y deleita a las yemas de nuestros dedos con su roce mágico y olor a durazno fresco invade nuestras fosas nasales y nos obliga a cerrar los ojos y llevar la cabeza hacia atrás para mantener por el mayor tiempo posible la furtiva sensación olfativa que penetra nuestro cerebro y nos invita a deleitar nuestro manjar. Lentamente y con una inevitable sonrisa de placer en los labios acercamos el durazno a nuestra boca, al abrirla, el olor nos invade con mas fuerza y activa el sistema nervioso para sostener la respiración justo en el momento de morder el suave cuerpo naranja que nos envía una combinación completamente balanceada de ese líquido agridulce que acompaña el primer mordisco de lo que es perfección para los que nos gustan los duraznos.

Miles de personas dirigiendo la mirada a unos cuantos metros cuadrados delimitados por unas rayas blancas donde algunos hombres libran una batalla odiséica por el orgullo, la pasión y el resto de emociones que condensa el deporte mas famoso del planeta. Una de esas personas mantiene en tensión la mayoría de su cuerpo y el momento en el que está desistiendo, el preciso instante en que su mirada comienza a tener la metamorfosis de la expectativa al aburrimiento, en el segundo en que una voz interna comienza a condenar a los once guerreros que se baten en la lid del campo verde, en ese instante donde ese individuo baja los hombros y comienza a tomar una pose de inconfundible y dolorosa derrota pasa lo que esta persona y las miles a su alrededor han deseado con fuerza descomunal. La armoniosa combinación de inteligencia y destreza permite que el equipo allí abajo toque una sinfónica sin igual cuyo acorde final es el roce de una pelota de cuero con unas telas en forma de malla. El balón ha golpeado la red, y esta imagen con su imperceptible sonido desatan una euforia sin igual, la adrenalina corre sin restricciones hasta límites inimaginados y la palabra felicidad tiene sentido en medio de miles de desconocidos que sonríen y vociferan al unísono compartiendo lo que significa perfección para los amantes del fútbol.

Ahora mis queridos lectores, les compartiré lo que significa perfecto para mi.

Un ventanal con las cortinas entreabiertas. Afuera se mueven libremente las verdes hojas de árboles frutales que descansan tranquilos, sembrados en una fértil tierra negra y ostentan orgullos los frutos y hojas de colores que apenas si dejan entrever su belleza a la luz de una brillante luna blanca que se iza por el occidente, aun cerca de las montañas que se pueden divisar a lo lejos y que son el límite natural de una serie de lucecitas que se ven intermitentes y que componen un pequeño pueblo, tranquilo y apacible, orgulloso de su belleza nocturna, vecino de un lago que también refleja las parpadeantes luces amarillas del pueblo chico y la grandeza de nuestro satélite natural que incrementa su intensidad luminaria a medida que asciende por la bóveda celeste llena de estrellas estampadas en la pared superior y que se comunican al unísono con el armónico destellar de las luces del pueblo. Todo esto a través del ventanal.
Una sala improvisada con dos sillas rojas de tamaño superior al promedio, cómodas para una buena función. Una auténtica prenda del altiplano cundiboyacense de color gris que impide que la temperatura exterior y el fresco viento del campo perturben la sensación térmica templada de aquello que cubre. Una selección musical única con dedicaciones explícitas e implícitas, con palabras escritas para ser apreciadas en la combinación de emociones de los seres humanos, con sonidos que producen una serie de fotos y videos mentales, que producen una cápsula del tiempo para viajar a distintas situaciones y contextos y que también tienen la increíble capacidad de hacer palpitar a distinto ritmo el corazón. Una botella del fruto de las mejores vides del sur, de sabor amargo y olor fuerte, de un color indescifrable a la luz de la poca luz pero de un sabor inolvidable para los paladares sedientos. Todo esto a este lado del ventanal.
Y también a este lado del ventanal el y ella, sumidos en la grandeza de lo que ven y engrandecidos por la fuerza de lo que sienten. El y ella exigiendo cada uno de sus sentidos al máximo. Para alimentar sus ojos con la belleza del paisaje nocturno que parece bailar al sonido de las canciones que solo tienen sentido para ellos y acompañarlo con la sensación de un buen vino, una conversación estrellada pero coherente y el roce armonioso de sus manos que se encuentran intencionalmente en el vacío de las dos sillas de la improvisada sala y que al momento de entrelazarse llaman a sus bocas que muy lentamente se acercan y antes de encontrarse sienten su caliente respiración y exactamente antes del primer roce representan lo que para mi es PERFECTO.